"Pago de Otazu Chardonnay 2013" es la denominación del vino fermentado en barrica de Bodega de Otazu, que desde 2009 cuenta con el reconocimiento de calidad de "Vino de Pago" -máxima categoría para un viñedo-, lo que les permite elaborar vinos bajo su propia Denominación de Origen Protegida "Pago de Otazu".
El Pago de Otazu Chardonnay 2013 es el resultado de una cuidada vendimia manual, tras la cual se pasó al prensado suave y al decantado del mosto por gravedad, ambos procesos realizados en octubre pasado. El mosto fue fermentado durante un mes en barricas de roble francés, y después se realizó una crianza sobre lías, en las mismas barricas, durante 6 meses.
La etiqueta de la botella representa el "Guardián I", una escultura del artista Xavier Mascaró expuesta en la bodega que, además, alberga una de las mejores colecciones artísticas del mundo en el sector vitivinícola.
Se trata de un vino blanco 100% Chardonnay que presenta un color amarillo pajizo y una nariz con notas florales y de fruta tropical sobre un fondo de tostados. En boca es denso con un final fresco y aromático, un vino que entra suave al paladar y deja un largo regusto ideal para maridar con los entrantes más sofisticados. Para comprobarlo la bodega nos reunió el otro día en uno de los restaurantes más respetados de Madrid, Horcher, y en su reservado “downstairs” pudimos deleitarnos con la personalidad de este caldo.
Según explica a Efeagro el nuevo director técnico de Otazu, José Luis Ruiz, "es un blanco de guarda" -algo poco habitual, un 100 % chardonnay fermentado en barrica y con crianza durante siete meses en roble francés-, que responde a la nueva filosofía de Otazu, donde "todo gira en torno al viñedo para conseguir la mejor uva posible; seleccionamos las parcelas y tratamos el fruto de forma óptima".
Convencidos con la idea de que el mundo del vino es una experiencia global, la etiqueta de este nuevo vino representa el Guardián I, una de las famosas esculturas del artista Xavier Mascaró, la cual se encuentra además expuesta en Bodega Otazu, que es ya una visita imprescindible para los amantes del enoturismo. Esta es una muestra más del compromiso de Otazu de fusionar arte y vino, ya que se une al museo del vino y galería de arte contemporáneo que posee la bodega.
Durante los últimos 15 años, el enólogo ha trabajado en diferentes bodegas de Rioja, Somontano y el Priorato.
"Hemos conseguido plasmar rápidamente esta nueva filosofía Otazu", como demuestra la buena acogida de la crítica, las altas puntuaciones de las guías especializadas o los diferentes premios internacionales obtenidos en tan poco espacio de tiempo; "estamos comenzando el camino y seguros de que mejoraremos en el futuro", añade.
Según detalla, "nos hemos orientado hacia una viticultura de clima atlántico y con poco sol; esto nos ayuda a conseguir uvas con mejor calidad y a mostrar mejor el potencial que tiene la zona y expresar en los vinos las características de la misma. Estas viñas aportan "vinos frescos y aromáticos".
Tal y como recuerda, la personalidad de los vinos radica en una mezcla de clima, variedad y suelo, "lo que se conoce como terroir, y los viñedos navarros de Otazu son muy diferentes al resto de zonas".
"Lluvias de 1.000 litros al año, temperaturas moderadas, suelos mezcla de arcillas y grabas... Todo eso, unido a variedades de corte francés, permite construir vinos con personalidad diferentes".
Pago de Otazu Chardonnay con Crianza 2013 es una edición de tan sólo 3.950 botellas y está elaborado con uvas de parcelas "muy seleccionadas", vendimiadas por separado.
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