La Fundación para la Cultura del Vino es una organización privada, con más de 20 años de activa presencia en la sociedad española y en cuyo patronato se encuentran actualmente bodegas de gran renombre del vino español como La Rioja Alta, Bodegas Muga, Terras Gauda, Vega Sicilia y 'Marqués de Riscal', así como el Ministerio de Agricultura. Para el cumplimiento de su labor de divulgación de la importancia de la cultura del vino en la sociedad de nuestro país, la Fundación realiza un abanico de actividades como la edición de la revista 'Terruños', catas de grandes vinos en 'El sabor de los grandes', jornadas técnicas para el desarrollo de la vitivinicultura y otras relacionadas con museos, el conocimiento del vino entre los funcionarios españoles en el exterior, la fotografía y cualquier medio que ponga de relieve la gran implantación que el vino tiene en la cultura y la historia españolas.
Durante el mandato de Bodegas Muga, la Fundacion relanzó su actividad con nuevo impulso, nueva gerencia y nuevos proyectos que, entre otros, se han plasmado en un recorrido temático por el Museo Thyssen, un concurso de fotografía sobre el vino y el románico o las labores de formación y divulgación realizadas junto con el Instituto de los Masters of Wine.
Bajo la nueva Presidencia de 'Bodegas Marqués de Riscal', se busca extender el conocimiento de lo que el representa vino en la sociedad, la cultura, la economía y la historia españolas, potenciando los vinos de calidad e intensificando las actividades con todos los agentes del sector, de las administraciones y las artes en España.
Con sus reflejos metálicos multicolor, el hotel cinco estrellas “Marqués de Riscal”, en el pueblo riojano de Elciego, es la más espectacular.
Imaginada por el arquitecto estadounidense Frank Gehry, su inusual silueta acoge 43 habitaciones de lujo para huéspedes en su mayoría españoles o norteamericanos. Su construcción, con un coste nunca revelado, aportó también un gran renombre a la bodega Marqués de Riscal.
Antes de su construcción, esta bodega fundada en 1860, que vende 5.5 millones de botellas al año, 70% de ellas para la exportación, recibía unos 2.000 visitante anuales. Hoy, son casi 70,000.
A menos de 10 km de allí, sobre el horizonte de la cordillera se dibuja el tejado sinuoso y metalizado de Ysios. A diferencia de sus homólogas centenarias, esta bodega, propiedad del grupo francés Pernod-Ricard, fue creada al mismo tiempo que el edificio, obra del arquitecto español Santiago Calatrava, en 2001.
“La arquitectura es el envoltorio”, pero “lo más importante, por encima de todo, es nuestro vino”, afirma la responsable de comunicación de Ysios, Marta Gómez.
Las bodegas construidas por grandes arquitectos “han dado a La Rioja mucha visibilidad”, reconoce el consejero regional de Turismo, Gonzalo Capellán, señalando que el turismo vinícola atrae especialmente a británicos, alemanes y estadounidenses.
“Exportamos cada año 150 millones de botellas a esos mercados: quieren conocernos, ver dónde nace la botella”, agrega, esperando que la región gane aún mayor renombre tras la candidatura presentada a la Unesco para entrar en el patrimonio inmaterial de la humanidad.
Era “un recurso natural que teníamos entre nosotros”, recuerda. Ahora, 80 bodegas abren sus puertas a los visitantes, frente a unas pocas hace diez años. “Hubo que convertirlo en un producto turístico” y eso “ha implicado un cambio de mentalidad absoluto”, añade.
Una evolución que debe continuar, según Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos.
“Se han hecho demasiado hoteles muy bonitos, con mucho encanto, pero muy pequeños. Eso hace que rentabilizar esas inversiones sea muy difícil”, afirma llamando a integrar a profesionales del sector turístico.
López de Heredia reconoce: “en nuestra casa estamos formados como viticultores y bodegueros, no como empresa del turismo”. “Estamos prácticamente empezando”, agrega.
En su bodega, como en Marqués de Riscal e Ysios, los visitantes ganan importancia, pero, asegura, “no van a suplantar jamás el trabajo de la viña”.
La Ciudad del Vino es un complejo compuesto por la antigua bodega de Marqués de Riscal y un nuevo edificio diseñado por el arquitecto Frank Gehry. El conjunto –situado en la localidad de Elciego, al norte con la sierra de Cantabria y al sur por el río Ebro– deslumbra a los amantes del vino y al resto. Marqués de Riscal es toda una institución en la Rioja Alavesa. Además de disfrutar de vinos y bodegas podemos visitar un yacimiento de gran interés arqueológico descubierto en 1985. De todos los dólmenes que se erigen el mejor conservado es el llamado La Chabola de la Hechicera en Elvillar. Pero si algo impresiona aquí es el nuevo edificio diseñado por Gehry, un templo rabiosamente contemporáneo para el vino más clásico de España. El esquema estructural del edificio consta de tres grandes soportes principales. El proyecto de Gehry se podría calificar de escultórico por su envolvente curvilínea. Las plantas tienen una geometría irregular que permite espectaculares vistas del entorno. La envolvente curva está hecha en titanio de tres tonos: rojizos como los del vino, el dorado de la malla empleada por la bodega y el plateado de la cápsula de la botella de Marqués de Riscal. Los cerramientos exteriores se componen de fachadas ventiladas de piedra arenisca. Dentro, Gehry ha diseñado todo, desde el mobiliario y las luminarias, hasta las cortinas, dándole a todos los espacios interiores la identidad propia del autor. El complejo acoge el hotel Marqués de Riscal, un spa, un centro de reuniones y convenciones y un exclusivo restaurante, galardonado con un Sol Repsol.
Por su parte, Vinos de los Herederos del Marqués de Riscal decidió ampliar a principios de los años 70 su gama de productos con un vino blanco y eligieron para elaborarlo la región de Rueda, que años más tarde acogería a la Denominación de Origen del mismo nombre. Vinos de los Herederos del Marqués de Riscal cuenta con el mayor viñedo en propiedad en esta D.O. (205 hectáreas) y es uno de los primeros productores de vinos de la zona, así como uno de los mayores de Castilla y León, además de formar parte de un grupo bodeguero centenario e histórico en nuestro país.
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Bajo la nueva Presidencia de 'Bodegas Marqués de Riscal', se busca extender el conocimiento de lo que el representa vino en la sociedad, la cultura, la economía y la historia españolas, potenciando los vinos de calidad e intensificando las actividades con todos los agentes del sector, de las administraciones y las artes en España.
Con sus reflejos metálicos multicolor, el hotel cinco estrellas “Marqués de Riscal”, en el pueblo riojano de Elciego, es la más espectacular.
Imaginada por el arquitecto estadounidense Frank Gehry, su inusual silueta acoge 43 habitaciones de lujo para huéspedes en su mayoría españoles o norteamericanos. Su construcción, con un coste nunca revelado, aportó también un gran renombre a la bodega Marqués de Riscal.
Antes de su construcción, esta bodega fundada en 1860, que vende 5.5 millones de botellas al año, 70% de ellas para la exportación, recibía unos 2.000 visitante anuales. Hoy, son casi 70,000.
A menos de 10 km de allí, sobre el horizonte de la cordillera se dibuja el tejado sinuoso y metalizado de Ysios. A diferencia de sus homólogas centenarias, esta bodega, propiedad del grupo francés Pernod-Ricard, fue creada al mismo tiempo que el edificio, obra del arquitecto español Santiago Calatrava, en 2001.
“La arquitectura es el envoltorio”, pero “lo más importante, por encima de todo, es nuestro vino”, afirma la responsable de comunicación de Ysios, Marta Gómez.
Las bodegas construidas por grandes arquitectos “han dado a La Rioja mucha visibilidad”, reconoce el consejero regional de Turismo, Gonzalo Capellán, señalando que el turismo vinícola atrae especialmente a británicos, alemanes y estadounidenses.
“Exportamos cada año 150 millones de botellas a esos mercados: quieren conocernos, ver dónde nace la botella”, agrega, esperando que la región gane aún mayor renombre tras la candidatura presentada a la Unesco para entrar en el patrimonio inmaterial de la humanidad.
Era “un recurso natural que teníamos entre nosotros”, recuerda. Ahora, 80 bodegas abren sus puertas a los visitantes, frente a unas pocas hace diez años. “Hubo que convertirlo en un producto turístico” y eso “ha implicado un cambio de mentalidad absoluto”, añade.
Una evolución que debe continuar, según Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos.
“Se han hecho demasiado hoteles muy bonitos, con mucho encanto, pero muy pequeños. Eso hace que rentabilizar esas inversiones sea muy difícil”, afirma llamando a integrar a profesionales del sector turístico.
López de Heredia reconoce: “en nuestra casa estamos formados como viticultores y bodegueros, no como empresa del turismo”. “Estamos prácticamente empezando”, agrega.
En su bodega, como en Marqués de Riscal e Ysios, los visitantes ganan importancia, pero, asegura, “no van a suplantar jamás el trabajo de la viña”.
La Ciudad del Vino es un complejo compuesto por la antigua bodega de Marqués de Riscal y un nuevo edificio diseñado por el arquitecto Frank Gehry. El conjunto –situado en la localidad de Elciego, al norte con la sierra de Cantabria y al sur por el río Ebro– deslumbra a los amantes del vino y al resto. Marqués de Riscal es toda una institución en la Rioja Alavesa. Además de disfrutar de vinos y bodegas podemos visitar un yacimiento de gran interés arqueológico descubierto en 1985. De todos los dólmenes que se erigen el mejor conservado es el llamado La Chabola de la Hechicera en Elvillar. Pero si algo impresiona aquí es el nuevo edificio diseñado por Gehry, un templo rabiosamente contemporáneo para el vino más clásico de España. El esquema estructural del edificio consta de tres grandes soportes principales. El proyecto de Gehry se podría calificar de escultórico por su envolvente curvilínea. Las plantas tienen una geometría irregular que permite espectaculares vistas del entorno. La envolvente curva está hecha en titanio de tres tonos: rojizos como los del vino, el dorado de la malla empleada por la bodega y el plateado de la cápsula de la botella de Marqués de Riscal. Los cerramientos exteriores se componen de fachadas ventiladas de piedra arenisca. Dentro, Gehry ha diseñado todo, desde el mobiliario y las luminarias, hasta las cortinas, dándole a todos los espacios interiores la identidad propia del autor. El complejo acoge el hotel Marqués de Riscal, un spa, un centro de reuniones y convenciones y un exclusivo restaurante, galardonado con un Sol Repsol.
Por su parte, Vinos de los Herederos del Marqués de Riscal decidió ampliar a principios de los años 70 su gama de productos con un vino blanco y eligieron para elaborarlo la región de Rueda, que años más tarde acogería a la Denominación de Origen del mismo nombre. Vinos de los Herederos del Marqués de Riscal cuenta con el mayor viñedo en propiedad en esta D.O. (205 hectáreas) y es uno de los primeros productores de vinos de la zona, así como uno de los mayores de Castilla y León, además de formar parte de un grupo bodeguero centenario e histórico en nuestro país.
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